Observación del fenómeno:
Se ha observado que una corriente continua que corre un conductor rectilíneo crea a su alrededor un campo magnético, el cual desvía la aguja magnética colocada en sus proximidades (experimento de Oërsted). Si a ese hilo conductor le damos la forma de una circunferencia, se dice que forma una espira. En ella, las líneas de campo magnético entran por una cara y salen por la otra. Una espira, por tanto, es como un imán.
Si generamos una serie de espiras en el conductor, todos los campos magnéticos que se crean se suman produciéndose un campo magnético más intenso. Hemos obtenido un solenoide.
Un objeto de hierro con una campo magnético intenso constituye un imán. Si tomamos un trozo de hierro dulce y lo introducimos en el solenoide, sus átomos se ordenan por el campo magnético producido por la corriente y se convierte en un potente imán. Es un electroimán.
Los materiales necesarios para su construcción son:
Hilo conductor
Pila de petaca
- Trozo de hierro (Tijeras, clavos, tornillos, etc.)
Explicación del fenómeno:
Cuando las cargas eléctricas se mueven crean a su alrededor un campo magnético. Esto es lo que comprobó Oersted en su famoso experimento. Al pasar la corriente eléctrica por un hilo las brújulas se orientaban perpendicularmente al hilo, de forma que las líneas del campo magnético son circunferencias concéntricas con el hilo.
Si ahora el hilo por el que pasa la corriente se enrolla en forma de hélice para formar un solenoide el campo producido por las distintas espiras se suma para dar un campo que sigue el eje del solenoide. Tenemos así prácticamente un imán con sus polos Norte y Sur en los extremos de la hélice.
Si dentro de ese solenoide metemos una barra de hierro (u otro material ferromagnético) los dominios magnéticos del hierro (en última instancia, los átomos de hierro) se orientan todos de acuerdo con ese campo magnético y se refuerzan los efectos y no hace falta que la corriente pase por el hierro para que se produzca el campo magnético, basta con que el campo magnético pase por el hierro para que sus dominios se orienten y se convierta en un imán.
Al enrollar el alambre sobre el tornillo se produce un electroimán que tiene dos polos, uno negativo y uno positivo. Su fuerza depende de la corriente eléctrica, el número de vueltas y el material del núcleo.
Vídeo sobre la construcción del fenómeno: